Despiden a jóvenes muertos presuntamente por el Ejército en Nuevo Laredo
Perla Reséndez
Fotografías: Luis Valtierra
NUEVO LAREDO, Tam.- En un ambiente de profunda tristeza, este día continuaron los sepelios de los jóvenes que la madrugada del domingo 26 de febrero, murieron luego que un convoy del Ejército Mexicano, disparó en calles de la colonia Manuel Cavazos Lerma de Nuevo Laredo.
Gustavo Ángel Suárez Castillo, ciudadano estadounidense, fue sepultado el martes con música de banda por familiares, amigos y conocidos en el panteón del municipio de Hidalgo, Coahuila.
Jonathan Aguilar Sanchez y Gustavo Pérez Beriles, fueron a su última morada este miércoles en el panteón Jardín de Los Ángeles de Nuevo Laredo, sus familias, portaban playeras con las fotografías de los jóvenes.
Este jueves se llevarán a cabo también los servicios funerarios de Wilberto Mata Estrada y Alejandro Trujillo Rocha, también en Nuevo Laredo.
Raymundo Ramos Vázquez, presidente del Comité de Derechos Humanos en Nuevo Laredo, informó que Luis Gerardo, continúa grave en un hospital, donde este miércoles había despertado del coma, pero al tener una recaída, los médicos decidieron indujeron de nuevo a un coma.
Explicó que cuatro militares declararon ante el Ministerio Público de la Fiscalía General de la República que dispararon contra la camioneta, sin existir una agresión de por medio, por lo que considera probable que en las próximas semana sean imputados por el delito de homicidio, tentativa de homicidio, abuso de autoridad y lesiones.
Reprochó que el comunicado de prensa emmitido por la Secretaría de la Defensa nacional (Sedena), no informa sobre los militares que accionaron sus armas cuando se confrontaron con la población civil, para tratar de disuadirlos.
“En representación de las víctimas, hemos presentado cuatro querellas en contra de personal del Ejército y el día de hoy estaremos presentando dos más, para que se investiguen los hechos”.
Identificaron a un teniente de caballería de nombre Walter Abel “C”, como quien acciona su arma de cargo entre la multitud, por lo que pidieron a la Sedena que sea arrestado y procesado por delitos del orden militar y lo ponga a disposición del Ministerio Público.
“Puso en peligro la vida de mujeres, niños, hombres, periodistas y defensores de derechos humanos y otros tres compañeros de él que también accionan sus fusiles”, dijo.
Ramos Vázquez explicó que el testimonio de Alejandro Pérez Beriles, el séptimo ocupante de la camioneta, mismo que ya fue integrado en las carpetas de investigación que se abrieron por estos hechos.
“Nos refiere ser testigo del momento en que rematan a dos de los muchachos que iban en la camioneta, es decir, cuando los soldados impactan por detrás la camioneta, otro grupo de soldados dispara”.
Señala que Alejandro sobrevivió porque se tiró al piso de la camioneta y los cuerpos de sus amigos lo protegieron de las balas, “cuando baja de la camioneta, los militares lo arrodillan, lo tratan como delincuente, le ponen un fusil cerca de la cara y le preguntan, ¿quiéres vivir o quiéres morir?”.
Narra que al responder que quiere vivir, un militar saca su celular y lo obligan a grabar un video donde diga que ellos (los jóvenes) son responsables y que los soldados no tienen culpa de nada, siendo luego retenido durante dos horas, para después ponerlo a disposición del Ministerio Público federal, sin representación jurídica ni familiar.
En el caso de Luis Gerardo que se ecuentra en coma en un hospital y quien recibió tres impactos de bala, negó lo que dice el comunicado de Sedena, sobre que recibió asistencia médica.
“Imagino que pretendían que muriera desangrado, como ha ocurrido en otros casos, para provocarle la muerte”, explicando que la atención médica la recibió hasta luego de dos horas de ocurridos los hechos.