Advierte ONU crisis humanitaria por oleada migrante

Perla Reséndez

VICTORIA, Tam.– Tamaulipas se ha convertido históricamente en paso natural de miles de personas que huyen de diversas situaciones en sus países de origen y buscan llegar a los Estados Unidos.

A pesar de los riesgos que por años ha sido, especialmente para los migrantes, atravesar casi 500 kilómetros a Matamoros desde el sur o 720 hasta Nuevo Laredo, casi a diario lo intentan, con la intención de buscar alcanzar una mejor vida para sus familias.

En Tamaulipas actualmente hay alrededor de 4,680 migrantes, de los que 1,357 son niñas, niños y adolescentes, que esperan en las ciudades de la frontera poder cruzar a Estados Unidos a solicitar asilo humanitario.

De acuerdo con el Director del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes, Juan José Rodríguez Alvarado, la disminución del número de migrantes en la entidad es importante, considerando que se llegó a contabilizar 21 mil, en mayo del año pasado.

De acuerdo con el reporte del monitoreo de protección en México 2023, “El impacto del desplazamiento forzado en la movilidad humana” realizado por la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), es la región mesoamericana la que se encuentra en uno de los momentos de mayor movilidad humana en su historia reciente.

Tan solo en 2022 las autoridades estadounidenses registraron más de 2.5 millones de encuentros de personas que ingresaron de manera irregular a su territorio por su frontera sur con México, misma cifra anotada en 2023.

Por su parte, el Instituto Nacional de Migración (INM) refirió haber identificado, entre enero y septiembre de 2023, a casi 1.5 millón de personas en movilidad en México, de las cuales más de 788,000 fueron retornadas vía terrestre o aérea a sus países de origen.

Según el INM, personas de 191 nacionalidades transitaron por México en 2023 y también fue el año con mayor número de solicitantes de refugio con 140,982 personas, colocando a México entre los cinco principales países receptores de nuevos solicitantes de asilo en el mundo.

Los resultados de ACNUR y organizaciones de la sociedad civil que aplicaron 6.378 entrevistas aplicadas a 15 mil personas de diferentes nacionalidades en ciudades representativas en el país, incluyendo Matamoros, hay cambios demgráficos en el fenómeno de movilidad.

De ser mayormente hombres adultos, actualmente hay un creciente número de familias, niñas, niños, adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad y personas LGBTIQ+ que huyen de sus países de la pobreza, violencia, inseguridad, amenazas, el cambio climático, entre otros.

Así, el 55 por ciento de la población consultada viajaba en grupos familiares, muchas familias están optando por huir juntas, pues en muchas ocasiones “la persecución de los grupos criminales en las comunidades de origen se extiende del individuo a familias enteras”.

Además, la mayoría concibe viajar en grupo, como un mecanismo de protección ante los riesgos en la ruta.

La vulnerabilidad de la población en movilidad se mide al evaluar las necesidades específicas de las personas encuestadas, los resultados arrojaron que una de cada tres personas o grupo familiar, tiene alguna necesidad específica de protección.

Los principales perfiles son madres/cuidadoras solas (13 por ciento); sobrevivientes de abuso físico, sexual o psicológico (6 por ciento); personas con condición médica crónica (6 por ciento).

Mujeres embarazadas (4 por ciento), personas alguna discapacidad (2 por ciento); personas adultas mayores (2 por ciento) y mujeres/personas lactantes (2 por ciento).

Sobre las causas de la migración, el 50 por ciento de las personas entrevistadas mencionó la violencia, persecución, amenazas e inseguridad en sus países de origen como las principales razones de huida.

Un 66 por ciento refirió que su vida, seguridad o libertad correría peligro si fuesen devueltas a su país de origen y de ellos, el 54 por ciento dijo que enfrentaría amenazas directas, por lo que su deportación sería una violación al principio de no devolución, piedra angular del derecho internacional de las personas refugiadas.

Luego de salir huyendo de sus países de origen de diferentes situaciones violentas, los migrantes y sus familias sufren diferentes delitos, entre asaltos, amenazas e intimidaciones antes de llegar a México.

Ya en el norte del país, más de la mitad de las personas (56 por ciento) refirió haber sufrido algún tipo de abuso como robo (27 por ciento), extorsión (17 por ciento) y amenazas físicas o intimidación (15 por ciento) durante su tránsito por este país. Los hallazgos del monitoreo de protección documentan que cruzar México de manera irregular es igual de peligroso para las personas en situación de movilidad que la selva del Darién y los países centroamericanos.

De los migrantes que llegan al país, uno de cada tres no contaban con algún documento expedido por las autoridades mexicanas, solo el 7 por ciento dijo contar con la tarjeta de visitante por razones humanitarias, el 6 por ciento inició el trámite de reconocimiento de refugiado.

El 44 por ciento de los migrantes entrevistados refirió vivir en un alojamiento rentado, 15 por ciento en situación de calle y 32 por ciento en albergues, siendo los ecuatorianos los que más viven en situación de calle y los que menos acceso a servicios humanitarios tienen.

Otros datos de la encuesta señalan que el 63 por ciento de la población refirió que su país de destino final es Estados Unidos y 26 por ciento México.

Entre las nacionalidades que más conciben a México como país de destino destacan: Guatemala (37%), Honduras (36%) y Cuba (31%), mientras que el  88 por ciento de los  venezolanos refirieron Estados Unidos.

“México continúa siendo un país de tránsito para miles de personas que vienen de una multiplicidad de países, sin embargo, también se ha convertido en un país de destino para personas que huyen de la violencia, o que buscan una vida digna”, señala ACNUR en su reporte.