Saqueo indiscriminado y sequía detonaron crisis hídrica
Perla Reséndez
VICTORIA, Tam.- Tamaulipas enfrenta una de las peores crisis ambientales de su historia, falta de agua, especialmente por la sobreexplotación de las cuencas, dejando ríos y presas secas, además de las temperaturas más altas jamás registradas, han cambiado la vida cotidiana y de la agricultura y ganadería de la entidad.
Sin embargo, nada de esto pasó de un día a otro, las temperaturas actuales más altas en la historia del estado, reportan un aumento de 2.5 grados Celsius en los últimos 10 años.
Los mantos acuíferos agotados, solo se explica con una sobreexplotación que durante años no tuvo freno e incluso podría encontrarse la complicidad de las mismas autoridades, dejando vacías presas, ríos, sistemas lagunarios y humedales.
La semana previa y luego de la crisis que vive la zona sur del estado ante una evidente falta de agua, se tomó la decisión de llevar agua desde el río Guayalejo hasta ese punto para paliar la sed de la población.
Además se cancelaron las concesiones para uso agrícola, pues la prioridad es el consumo humano, para ello se implementó un operativo de vigilancia que, de acuerdo con lo informado por el Secretario de Recursos Hidráulicos, Raúl Quiroga Álvarez, por día se encontraron 40 tomas irregulares, mismas que fueron clausuradas.
En los últimos 20 años, el manto acuífero denominado Victoria ha sufrido una disminución del 30 por ciento en su nivel de agua; la sobre explotación ha llevado a una disminución del 40 por ciento en el nivel de agua de las presas y ríos principales del estado en los últimos 15 años.
De acuerdo con el Dr. Alejandro Ramírez, investigador del Instituto de Ecología de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, “el cambio climático ha exacerbado las condiciones de sequía que ya eran problemáticas debido a la sobreexplotación de recursos. Si no se toman medidas inmediatas, la situación solo empeorará”.
La situación de emergencia que vive la zona sur, tampoco es nueva, el sistema lagunario del sur del estado ha perdido aproximadamente 50 por ciento de su superficie en los últimos 25 años. Se estima que 800 hectáreas de humedales han desaparecido en los últimos 10 años debido a la sequía y la sobre explotación.
Pero la zona sur no es la única que padece esta situación de la falta de agua, las principales presas del estado, la Vicente Guerrero que abastece a Victoria, y la presa Falcón, están a niveles críticos.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), estas presas están al 15 por ciento y 10 por ciento de su capacidad respectivamente, lo que pone en riesgo el suministro de agua para consumo humano y actividades agrícolas.
En cuanto a los ríos, el Bravo y San Juan han visto reducidos sus caudales a mínimos históricos, afectando no solo a los ecosistemas acuáticos, sino también a las comunidades que dependen de estos cuerpos de agua para sus actividades diarias.
Los sistemas como la Laguna Madre y los humedales de la región están casi secos lo que ha afectado a la biodiversidad local, incluyendo a especies de aves migratorias y peces que dependen de estos hábitats.
El 70 por ciento de la población rural de Tamaulipas depende directamente de la agricultura y la ganadería para su subsistencia, se calcula que 5 mil familias han sido afectadas por la escasez de agua en comunidades rurales en los últimos 5 años.
Todo esto se ha reflejado en la producción agrícola, misma que ha disminuido en un 25 por ciento en los últimos 10 años debido a la falta de agua para riego.
Por otra parte, se estima que 2,000 cabezas de ganado han muerto debido a la escasez de pasto y agua en los últimos 7 años.
Además, las unidades de riego en el estado, cruciales para la agricultura, están operando a menos del 30 por ciento de su capacidad, lo que ha tenido un impacto devastador en la producción agrícola, especialmente en cultivos de maíz, sorgo y algodón.
El cambio climático se ve reflejado además en temperaturas elevadas, que tan solo en este año, han cobrado la vida de seis personas en Tamaulipas, todas ellas relacionadas a las olas de calor.
Se proyecta que las temperaturas seguirán aumentando en 1.5 grados Celsius en los próximos 10 años, exacerbando la escasez de agua y los problemas ambientales.
Se espera que la demanda de agua supere la oferta en un 60 por ciento en los próximos 15 años si no se toman medidas de conservación y gestión adecuadas.
Actualmente, muchas comunidades están enfrentando escasez de agua potable, lo que agrava problemas de salud y saneamiento, además ciudades como Victoria, Reynosa y Matamoros están experimentando cortes de agua y restricciones, afectando la vida diaria de sus habitantes.
El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), ha pronosticado que las regiones semiáridas como Tamaulipas seguirán viendo un aumento en las temperaturas y una reducción en las precipitaciones, esto significa que la gestión sostenible del agua será crucial para el futuro del estado.
Laura González de Conagua, advierte que ya están implementando planes de emergencia, “como la construcción de nuevas infraestructuras de captación y almacenamiento de agua, pero necesitamos un esfuerzo conjunto de todos los sectores para manejar este recurso de manera más sostenible”.
Entre las soluciones que han planteado los especialistas son programas de reforestación y protección de cuencas hidrográficas para mejorar la infiltración de agua y reducir la erosión del suelo.
Además de la implementación de tecnologías de riego más eficientes para reducir el desperdicio de agua en la agricultura, la construcción de plantas desalinizadoras en la costa y plantas de tratamiento de aguas residuales para reutilizar el agua en actividades agrícolas e industriales.
Además de campañas de educación y concientización sobre el uso responsable del agua dirigidas a la población y a sectores específicos como la agricultura y la ganadería.
“Solo a través de un enfoque integral que incluya la gestión sostenible del agua, la cooperación intersectorial y la implementación de tecnologías innovadoras, se podrá mitigar el impacto de esta crisis y asegurar un futuro sostenible para Tamaulipas y sus habitantes”.