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Desigualdad salarial entre mujeres y hombres, un reto a vencer en Coahuila

La brecha salarial en el estado se agudizó en la última década. En julio de 2021, los hombres ganaron 22.96 por ciento más que las mujeres. Además, durante siete meses de 2020 Coahuila fue el primer lugar nacional en este tipo de desigualdad

Vanguardia
Texto Nazul Aramayo / Semanario – Vanguardia
Fotografía: Omar Saucedo y Héctor García
Ilustración: Edgardo Barrera


*Este reportaje fue producido originalmente por el Semanario del diario Vanguardia y forma parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists, en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers.




Los trabajadores hombres de Coahuila perciben un salario promedio 22.96 por ciento mayor que el de las mujeres, así es como Coahuila es el tercer estado con la mayor brecha salarial de género en el país.

La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) informó que, en julio de este año, los empleados masculinos en el sector formal ganaron en promedio 476.8 pesos al día, mientras que las mujeres percibieron 367.3 pesos al día. Esto representó una diferencia de 109.5 pesos.

En la última década aumentaron los sueldos de las y los empleados inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). La realidad es que lo hicieron de manera diferenciada y se agudizó la desigualdad salarial entre hombres y mujeres en el estado.

La brecha salarial de género en Coahuila es mayor que la brecha nacional, que en julio cerró con 13.14 por ciento en favor de los hombres. Es decir, una diferencia de 60.31 pesos: los varones ganaron 458.73 pesos al día, mientras las mujeres ganaron 398.42 pesos en el mismo periodo.

La industria manufacturera en Coahuila emplea mayor cantidad de hombres para el trabajo físico, como la fundición de metales, en la zona industrial de Ramos Arizpe. FOTO: Vanguardia.

Los estados que encabezan la lista con mayor brecha salarial son Campeche, en primera posición, con una diferencia del 23.80 por ciento. Le sigue Zacatecas, con un promedio de 23.15. Después está Coahuila, cuyos datos se mencionaron arriba. En cuarta posición está Aguascalientes, con 20.92, y después Durango, con 20.32 puntos porcentuales de diferencia.

Sólo en un estado, Quintana Roo, las trabajadoras recibieron un salario promedio superior al de los hombres en 0.09 por ciento, que se tradujo en 32 centavos. En el norte de Veracruz se registró la brecha más baja en favor de los trabajadores masculinos, también de 0.09 por ciento, que representó 44 centavos.

La diputada Laura Elena Morales Núñez, coordinadora de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación en el Congreso del Estado de Coahuila, señaló que las legisladoras han apostado por la sensibilización en las cámaras empresariales.

Además, dijo que han hecho exhortos a la Federación para que se impulsen normas oficiales y certificados que promuevan la igualdad en el sector privado.

Es ahí, comentó, donde se abre la brecha salarial y las mujeres no tienen las mismas oportunidades de llegar a puestos de toma de decisiones, a diferencia del ámbito público, donde la paridad de género es un principio constitucional.

Laura Elena Morales Núñez, coordinadora de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación en el Congreso del Estado de Coahuila. FOTO: Página de Facebook de la diputada.

¿Qué pasa?

Para la abogada Yunuen Castillo Menchaca, especialista en Género y Derechos Humanos e integrante de las Constituyentes MX y Red Púrpura Sororidad para Trascender, la brecha salarial es un reflejo de las desigualdades estructurales y sistemáticas que viven las mujeres.

Asegura que en ello influyen aspectos como los prejuicios sobre los roles de género y labores asignadas a lo femenino y a lo masculino. Por ello, enfatizó, se debe utilizar un enfoque integral para resolver esta problemática.

Para el doctor en economía Antonio Serrano Camarena la diferencia tiene una explicación diferente: “La industria coahuilense privilegia el trabajo de fuerza bruta y contrata hombres (y no mujeres) para realizarlo”.

El también director del Instituto de Estudios Empresariales Coahuila Sureste de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) señaló, además, que la brecha aumenta porque es un promedio general. Es decir, los salarios no vienen desagregados por sector y hay actividades con mayor equidad.

Antonio Serrano Camarena, doctor en economía y director del Instituto de Estudios Empresariales Coahuila Sureste de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra). FOTO: Vanguardia.

Coahuila y su brecha: escalada de posiciones

Los datos presentados, sin embargo, reflejan que para Coahuila la situación se ha complicado en la última década.

Hace 10 años, en julio de 2011, la entidad ocupaba el sexto lugar con la mayor brecha salarial de género en México, cuando el sueldo promedio para los trabajadores era de 256.43 pesos diarios, mientras que las mujeres ganaban 202.53 pesos.

La diferencia entonces era de 53.9 pesos o del 21.01 por ciento.

De acuerdo con estos datos, el salario promedio de los trabajadores hombres en el sector formal aumentó 220.37 pesos diarios en una década (2011-2021), mientras que el de las trabajadoras mujeres tuvo un alza de 164.77 pesos en el estado.

Los incrementos fueron del 85.93 por ciento en el caso de los varones y del 81.35 por ciento en el caso de las mujeres, en relación con el sueldo promedio de hace diez años. Sin embargo, la brecha salarial pasó de 53.9 pesos a 109.5 pesos.

Para dar un contexto más amplio en este sentido, las estadísticas indican que, en el sector formal, la desigualdad salarial promedio en México era del 14.43 por ciento en julio de 2011.

Para 2020, la situación del país mejoró ligeramente. Así lo demuestran los datos de la STPS. La brecha pasó del 14.43 por ciento en 2011 a 13.14 puntos durante el año en el que se disparó la pandemia de coronavirus.

Sin embargo, esta sutil mejora sólo se observa al tomar en cuenta el panorama completo de las 32 entidades federativas.

¿Por qué decimos que la situación sólo mejoró en el promedio nacional? Porque en 2020 Coahuila se convirtió en el estado con mayor desigualdad salarial entre los salarios diarios que percibieron hombres y mujeres asegurados en el IMSS y mantuvo esta posición durante siete meses.

En enero esa brecha fue de 23.72 por ciento, en febrero del 23.49 por ciento y en mayo  del 23.26 por ciento. Para junio la diferencia se colocó en 23.11, en agosto se posicionó con 22.82 por ciento. En septiembre se observó otra pequeña disminución con 21.93 por ciento y, en octubre, finalmente, la brecha fue de 21.73 por ciento.

Durante 2020, cuando Coahuila no estuvo en el primer lugar de desigualdad salarial, ocupó el segundo puesto.

La industria cerámica es otro de esos giros en los que los hombres tienen un rol más activo en labores directivas y de operación, mientras las mujeres son encasilladas en puestos administrativos. FOTO: Vanguardia.

Una explicación multifactorial

La ONU Mujeres describe algunos factores que explican las diferencias de salario entre mujeres y hombres en el sector formal de la economía.

En síntesis, concluye que el porcentaje de las mujeres que trabajan a tiempo parcial es mayor que el porcentaje de hombres. La principal razón es que ellas se hacen cargo de labores no remuneradas en el hogar.

Lo anterior implica que la presencia femenina destaca en sectores no relacionados con el  ámbito profesional. Esto, por ende, hace que las mujeres no progresen en sus carreras al igual que los hombres, pues sus labores tienden a asociarse con empleos mal pagados en los que hay mayor discrminación.

“Esta brecha de desigualdad salarial se genera, precisamente, desde la idea de que a los hombres les toca el espacio público y a nosotras las mujeres el espacio privado”,  apuntó la abogada Yunuen Castillo.

¿Qué es lo que ocasiona arrastrar con todos estos estereotipos, discrminación y situaciones laborales desniveladas?

La especialista considera que, de perpetuarse estas estructuras, se limitan las oportunidades de empoderamiento e independencia de la mujer, además de provocar condiciones de vulnerabilidad en un sector mayoritario de la población.

Industria, metodología y sesgo

El economista Antonio Serrano brinda otra explicación respecto a la brecha salarial de género en Coahuila.

La industria metal-mecánica, como la fundición y la forja, requiere “horas músculo” que aportan los trabajadores masculinos que son contratados porque la industria “privilegia la fuerza bruta todavía”.

Afirmó que este tipo de sesgo no se ve en el campo administrativo.

En segundo lugar cuestionó que se pretenda juzgar un promedio salarial sin separar los sectores económicos, ya que “hay industrias que tienen mayor equidad de género en términos salariales, como los servicios y el comercio, porque ahí la fuerza no tiene nada que ver”.

Señaló también que la industria hotelera paga más en promedio a las mujeres que a los hombres. Es por eso que al promediar, insiste, no se refleja la realidad de todos los sectores. Por ende, considera que la lectura de las cifras no es la idónea.

Además señaló que el hecho de que haya menos mujeres encabezando áreas de dirección se debe a una percepción social. Una que considera que los hombres son más eficientes para dirigir.

Esto refuerza la crítica al estereotipo de género que señaló la abogada Yunuen Castillo. Prejuicios que colectivas, asociaciones y legislaciones tratan de erradicar.

Yunuen Castillo Menchaca, especialista en Género y Derechos Humanos e integrante de las Constituyentes MX y Red Púrpura Sororidad para Trascender. FOTO: Vanguardia.

Desigualdad a nivel mundial

Lo que ocurre con Coahuila en el contexto nacional, es lo mismo que ocurre con México en el ámbito internacional. Aunque en el país han mejorado las condiciones salariales de las mujeres, México se ubicó como el quinto de los 37 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con mayor brecha salarial entre hombres y mujeres en 2019.

De acuerdo con el reporte que el organismo presentó este año con motivo del Día Internacional de la Mujer, la diferencia entre los ingresos que recibieron en 2019 las y los trabajadores en México fue del 18.8 por ciento en favor de los hombres, mientras que el promedio entre los países de la OCDE fue 12.9 por ciento.

Los países miembros de la organización con mayor diferencia entre los ingresos de hombres y mujeres fueron Corea del Sur, con 32.5 por ciento; Japón, con 23.5 por ciento; Israel, con 22.7 por ciento; y Finlandia, con 18.9 por ciento. Le siguen México y, enseguida, Estados Unidos, con 18.5 por ciento.

En cambio, las menores brechas salariales en el sector formal de la economía fueron registradas en Colombia, con 4 por ciento; Bélgica, con 4.2 por ciento; Costa Rica, con 4.7 por ciento; Dinamarca, con 4.9 por ciento; y Noruega, con 5 por ciento.

Un dato a destacar: entre los países con mejor promedio se encuentran dos latinoamericanos, mientras que entre los que peor brecha muestran resalta la presencia de México.

La realidad es que, como en otros sectores, la pandemia por COVID-19 vino a agudizar de manera contundente la relación entre el empleo y los ingresos de las mujeres.

La primera línea de atención a la pandemia en el sector salud fue principalmente ocupada por mujeres, con un sueldo menor que los hombres.

Por ejemplo, en México estos empleos fueron ocupados por personal femenino en 67.5 por ciento, con una percepción salarial menor en 21 por ciento respecto al sueldo de los varones.

La crisis sanitaria retrasó las expectativas de acortar la brecha salarial entre hombres y mujeres.

El estudio más reciente del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), publicado en marzo de este año, estimó que se necesitarían más de 135 años para cerrar las diferencias económicas, políticas, sanitarias y educativas entre hombres y mujeres.

Sin embargo, en 2019, antes de la pandemia, la misma organización calculó que la desigualdad entre los sueldos de las y los trabajadores tardaría 257 años en llegar a su fin.

Para rematar, la Organización de las Naciones Unidas estimó que la emergencia de salud que apenas comenzaba, sin duda, ensanchará la desigualdad. Sus efectos a mediano y largo plazo, sin embargo, todavía son difíciles de medir.

¿Cambiará el escenario en Coahuila?

La eliminación de la brecha salarial de género, es decir, que hombres y mujeres ganen el mismo sueldo por realizar el mismo trabajo, es una de las metas trazadas por todo tipo de instituciones.

Lo señalan organizaciones internacionales como la ONU, regionales como la OCDE y es una lucha que colectivas feministas, asociaciones y organizaciones civiles en México han impulsado para garantizar la autonomía y los derechos humanos y laborales de la mujer.

Pero en el caso de Coahuila, cuya industria no ha sido automatizada y es dominada por hombres por sus características físicas, de acuerdo con la explicación del economista Antonio Serrano… ¿es posible un cambio?

En el ramo de la construcción se replican los estereotipos de género, tanto en niveles de toma de decisiones como en la mano de obra. FOTO: Vanguardia.

Él mismo, haciendo de abogado del diablo, afirma lo siguiente: las empresas no han entendido que el sueldo de la mujer no es secundario, sino indispensable para el sustento de la persona o de una familia.

Considera que estas mismas empresas no han entendido que el rol de la mujer en la economía del hogar no es secundario. Estimó que en México las mujeres son el sustento o principal económico en un 30 o 40 por ciento de las familias. Sin embargo, las estructuras al interior de los empleos no toman esto en cuenta, según el director del Instituto de Estudios Empresariales Coahuila Sureste de Canacintra.

Desde su perspectiva, el relevo generacional en los puestos directivos ha favorecido que la brecha poco a poco se reduzca a nivel nacional; es decir, a partir de la iniciativa privada que comprende las nuevas dinámicas y necesidades de la sociedad mexicana.

Por eso, Serrano Camarena considera que la diferencia salarial entre hombres y mujeres no se puede acabar por una orden gubernamental, pues los empresarios encontrarían la manera de darle la vuelta a la ley.

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