La Talacha
Por Francisco Cuéllar Cardona
La victoria silenciosa de Eugenio
La supuesta liberación del ex gobernador Eugenio Hernández Flores, que se hizo viral en las redes sociales este sábado, luego que se hizo circular el oficio firmado por el juez José Guadalupe de la Cruz Bocanegra, que lo absuelve de los delitos de peculado y operaciones con recursos de procedencia ilícita, generó reacciones, casi todas positivas, que hablan del afecto que muchos aun le guardan al ex mandatario tamaulipeco.
Los comentarios, a partir de la noticia, que luego se aclaró, que se trataba de un delito superado y que seguía en prisión porque hay tres acusaciones más en su contra, provocó alegría, entusiasmo y gusto en casi todos los sectores de la sociedad tamaulipeca.
¿Por qué esa reacción?.
Eugenio es quizás uno de los últimos gobernantes tamaulipecos con gran carisma. Guardadas las proporciones, algunos lo llegan a comprar con el doctor NorbertoTreviño Zapata. “Geño, era raza y ayudó a mucha gente”, dicen; tal vez fueron algunos excesos, lo que lo llevaron a granjearse adversarios que hoy lo tienen tras las rejas.
En Tamaulipas y en México, los que manejan el poder y el pueblo mismo, opinan que su encarcelamiento es producto de una venganza política, y eso lo coloca en un papel de víctima que hoy se manifiesta por todos lados, y un ejemplo es lo que pasó este fin de semana, cuando se conoció la noticia de su “liberación”.
En el Centro Preventivo y de Readaptacion Social de Tenango del Valle, donde Eugenio Hernández lleva ya más de dos años recluído, la notificación del juez de la Cruz Bocanegra, se recibió con mucha serenidad.
“Esta es un victoria silenciosa, que se valora en su dimensión exacta, pero aun falta para vencer los demás obstáculos que han puesto en el camino”, se dijo en el primer círculo y la defensa del ex gobernador.
De los tres delitos que continúan, existe confianza que se van a superar, incluyendo el mas importante que es el de la extradición, solo es cuestión de tiempo, se dijo al calor de la euforia que desató la noticia de la supuesta libertad.
“Ya falta poco; hay que esperar”, se dijo desde el penal del Estado de México.
A decir de los que lo han visto o visitado, cuentan que Eugenio Hernández, sigue siendo el mismo: sonriente, carismático, que mantiene su sentido del humor; es raza. Está muy bien informado de lo que pasa en Tamaulipas. No es dado a recibir visitas, solo su familia y dos amigos que colaboraron con él y que nunca lo han dejado solo. Los demás, a quienes ayudó y los hizo crecer económica y políticamente, no los ha visto desde entonces y no los quiere ver; son unos ingratos. Los que siguen en la política, lo han hecho por su cuenta y se han alejado por completo de él.
Eugenio, dicen, se volvió un hombre muy espiritual y sensible.
El próximo 6 de octubre (faltan 16 días), Eugenio cumple 4 años en prisión. En Palacio Nacional tienen agendado su caso y por lo que se sabe, se trabaja para conseguir su libertad. Los tres delitos que aun tiene pendientes, están próximos a caer y el asunto de la extradición, aseguran, se va a resolver en los próximos días a su favor.
Eugenio Hernández Flores, es un caso para el análisis sociológico, pues mientras en la historia de los ex gobernadores, se le ubica como un mandatario que tuvo excesos, en la realidad actual goza de una simpatía asombrosa. La mejor muestra de ello, es el furor que ocasionó este fin de semana.
El día que salga de prisión, dicen, habrá fiesta política en Tamaulipas.