La Talacha
Por Francisco Cuellar Cardona
El golpeteo y sus razones
La guerra de lodo que se vive al interior de los partidos por obtener la candidatura al gobierno de Tamaulipas, ya se esperaba, y por como están las cosas, van a empeorar con consecuencias impredecibles.
Quienes ven este asunto por encima, se pierden en nimiedades, en lo inmediato, en las escaramuzas mediáticas y ruidosas que solo alimentan el morbo y desatan sus catarsis en las arenas movedizas de las redes sociales.
Pero hay que ver más allá del estiércol que se lanzan unos y otros. En esta batalla por Tamaulipas, hay dos factores que sin “querer queriendo”, se han unido en contra del Presidente López Obrador:
El PAN y sus aliados, entre ellos los poderosos hombres del dinero que perdieron sus privilegios a la llegada de la 4T al poder, que buscan desgastar la marca de Morena a como dé lugar en los seis Estados donde está a la cabeza de las preferencias…
Y el factor Ricardo Monreal, que se ha convertido en el “moreno incómodo” dentro del equipo del Presidente. El zacatecano quiere por todos los medios colocar y consolidar sus piezas y cabezas de playa en los Estados para que sean su soporte en el 2024, que no se cansa de decir estará en la boleta presidencial, por Morena o por el partido que lo patrocine.
Monreal sabe que su ruptura con El Presidente no tiene retorno y está decidido a darle la pelea por las buenas o por las malas, en los seis Estados, incluyendo Tamaulipas.
Dicho más directo y más claro: El PAN y sus gobiernos, y Monreal y su proyecto para el 2024, metieron ya al Presidente en una guerra de estiércol para desgastar a Morena.
Los números son contundentes: en los seis Estados, Morena tiene el 67 por ciento de las preferencias, mientras que el PAN no alcanza ni el 20 por ciento. De los demás partidos, ni se diga: son fantasmas que quieren espantar con el puro nombre; los dichos de su dirigente nacional Marko Cortes, es la mejor prueba de su crisis. Por eso, frente a esta realidad, el objetivo es golpear a Morena y sus figuras.
Lamentablemente, el monrealismo está jugando el mismo juego.
Cuando la ambición por el poder es tanta, se olvidan los principios y se aparecen las traiciones.
La guerra de lodo no va a parar, porque esa es una característica de las luchas políticas en los nuevos tiempos, y es aquí cuando la ciudadanía debe tener los ojos y los oídos bien abiertos para saber quiénes son los que están en esta contienda haciendo su tarea y obedeciendo la línea del Presidente.
En esta batalla hay que saber distinguir a los Lopezobradoristas, monrealistas y prianistas.
Ahí está la gran diferencia para comprender quién es quien en esta guerra, donde los que tiran, lo hacen a matar.
Talachazos
Edgar Melhem ha demostrado en este vendaval de ataques, produncia y oficio. Otro en su lugar ya hubiera caído subyugado por Don Dinero como lo hicieron sus antecesoras.
Los argumentos que utiliza el riobravense, son suficientes para echar abajo la cascada de ataques que recibe. Su discurso es sensato, y la militancia que sigue fiel al partido, debe sentirse tranquila con su líder.