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Liliana fue agredida y quemada viva; sigue esperando justicia

Perla Reséndez
Fotos: Jorge Castillo

Han pasado 200 días desde que Elvia Liliana Torres Garza, sufrió un ataque que le provocó quemaduras en el 30 por ciento de su cuerpo. hoy sigue a la espera de justicia, pues las autoridades solo le han puesto trabas y no hay ningún detenido.
“Cambió mi vida por completo, es uy difícil para mi estar así en esta situación y más que no se haga justicia ni que me escuchen”, comenta la joven de 24 años de edad y madre de cuatro pequeños.
El 26 de marzo en el municipio de Salinas, Victoria en Nuevo León, Liliana sufrió un ataque que fue calificado por las autoridades como tentativa de feminicidio; ella fue secuestrada en la vivienda que uno de sus tres atacantes le rentaba en ese municipio.
Primero ella vivía con un hermano, pero cuando él regresó a su ciudad de origen, ella tuvo que buscar dónde alojarse; fue así que un supuesto amigo, le dijo que fuera con otra persona que le rentaría un cuarto para vivir.
Primero, recuerda, todo iba bien, ella iba a trabajar en una tienda de abarrotes de nombre “Elizondo” en el sector “Bosques de Castilla”, donde también vivía, pero dos meses después, las cosas cambiaron, pues su rentero y otros dos sujetos, taxistas, le impidieron salir a trabajar y la mantenían bajo amenazas de dañar a sus hijos y su madre, allí comenzó su infierno.
Recuerda que en la misma casa donde a ella la tenían, también estuvieron Mayra y Debani, a quienes también drogaban; una semana después, se entera que fueron asesinadas.
“Allí estaban las dos, Mayra y Debani estaban drogadas en la casa esa y como a la semana, más o menos o más, salen en Código desaparecidas, luego pasa un tiempo y luego sale que las encontraron muertas en una fosa en Salinas”.


Recuerda también a otra joven de 15 años de nombre Naila y su novio Chuy, quienes asistían asiduamente a ese domicilio a consumir drogas, “la mataron a ellos también, les dieron unos balazos y luego los encontraron en una brecha allí en Salinas, Victoria”.
El terror psicológico a la que fue sometida primero, la paralizó, los sujetos la amenazaban con hacerle lo mismo a sus hijos y su mamá, incluso dice, “a mi mamá le llamaban, le decían que me tenían, la amenazaban”.
Aunque han pasado poco más de seis meses de su tragedia, aún recuerda con angustia lo que pasó, “ese día que yo me encontraba allí, les pido agua, me dieron agua, ellos vendían droga a los menores de edad en el municipio de Salinas, me dieron un vaso, no sé qué contenía esa agua y yo ya no tuve conocimiento hasta que desperté con el fuego en el municipio de Salinas, Victoria”.
Los tres sujetos que secuestraron a Liliana, la golpearon, abusaron de ella y la quemaron viva, la dieron por muerta y la abandonaron en un solar baldío; ella despertó al sentir su cuerpo quemar por el fuego y corre pidiendo ayuda.
Pasó un mes en terapia intensiva y otro más internada en el hospital, luego la lenta recuperación en casa de su familia a la espera de justicia; ya que señalan, luego de todo lo que ha tenido que padecer para recuperarse de las heridas físicas y emocionales, pues vive en constante temor pues sus agresores no han sido detenidos.
“Mi abogada lleva tres semanas que la Fiscal del municipio de Guadalupe no le quiere dar cita para ver cómo va el caso, ni nada, según no que no quieran dárselo, sino que los ministeriales no han recabado la información que se necesita para el caso”.
Desde el 26 de marzo de este mismo año en que ella sufrió el ataque, ya se ha sometido a cinco operaciones, ahora requiere otra más, en esta ocasión para liberar su cuello que quedó, prácticamente pegado a una parte de su cara y oreja.
Con esta operación, los médicos buscan además, devolverle la movilidad de su brazo izquierdo y con ello, disminuir los dolores que Liliana sufre constantemente al tratar de poner recto su cuerpo.
La operación tiene un costo de 185 mil pesos más IVA, que cubre cinco días de internamiento, 10 horas de cirugía, anestesia general, microscopio pentero, instrumento de microcirugía, microsuturas, grapas para piel y medicamentos para la cirugía.
No incluye honorarios médicos, otros procedimientos, medicamentos de especialidad, estudios de laboratorio e imagenología, manejo de complicaciones o transfusiones de sangre y una prueba de PCR negativa de coronavirus.
La familia de Liliana y personas de buen corazón, le han ayudado y ya cuenta con 105 mil pesos para cubrir una parte de la operación, pero aún le falta más dinero para esta, y los gastos semanales de medicamentos y cremas que tiene que aplicarse que ascienden a mil 500 pesos.
“Marcamos al Centro de Víctimas de Monterrey y nos dijeron que ellos sólo pueden cubrir el Seguro Universitario, pero allí no me pueden atender porque requiero un médico especialista para que la haga”.
Liliana ha pedido al Gobernador Samuel García el apoyo, pues tiene meses que no le han ayudado, “queda esperar a que el señor gobernador, Samuel García, me pueda dar respuesta, ya que el Estado de Nuevo León se tiene que hacer cargo de los daños, cosa que desde hace cuatro meses no me han dado respuesta, no me han ayudado en nada”.


La urgencia de esta operación es debido a que las cicatrices se están endureciendo, su oreja se ha pegado y le causa dolor, además de supurar constantemente, lo que le causa molestias.
El motor y fuerza para seguir adelante son sus cuatro pequeños, Aldo, Madeleine, Valentina y Natalia de 8, 7, 4 y 2 años y su esposo Aldo, quien trabaja por las noches como taxista, pues en el día tiene que atender a los niños, pues Liliana aún no puede hacerlo, lo que le causa pesar.
“Es bien difícil para mí, a veces estoy bien, a veces estoy mal, me entran depresiones muy feas, me desespero mucho porque, voy a los hospitales y me dan de que sí me van a operar, luego espero ese tiempo y luego me dicen que no pueden hacer nada por mí”.
El rostro de Liliana cambia y se entristece, “me desanimo y se me baja mi semblante, mi ánimo y es bien difícil para mí porque casi siempre me la paso acostada y sentada, no puedo estar derecha por esto y eso hace que me desespere mucho”.
El joven matrimonio ha enfrentado juntos esta difícil prueba que la vida les presenta, hoy Liliana se encuentra refugiada en un lugar, escondida de sus agresores a quienes las autoridades no han capturado, pese a que ella los identificó plenamente.
Teme por su vida y la de sus hijos y su madre, pero por ellos y su esposo, ha emprendido este duro tramo de la recuperación, alzando la voz para pedir justicia y que los sujetos que le hiciero daño, paguen su delito.
“El estado debió desde el primer día que se hizo la denuncia de tentativa de feminicidio, hacerse cargo de mis gastos, medicamentos, cirugías, ya van cuatro meses de retraso que no me apoyan en nada. Pido que se me haga justicia y se me pueda atender como debió haber sido desde un principio”.
Quien desee apoyar a Liliana para poder operarse, pueden apoyarla en la cuenta de Bancopel 4169 1608 4287 7822 a nombre de su esposo Aldo Flores.

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