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Militares disparan contra camioneta en Nuevo Laredo mueren cinco jóvenes

Perla Reséndez

NUEVO LAREDO, Tam.- Los cinco jóvenes abatidos por elementos del Ejército Mexicano en Nuevo Laredo la madrugada del domingo 26 de febrero en calles de la colonia Manuel Cavazos Lerma, no portaban armas ni drogas.

De acuerdo con datos de una de las autoridades que intervino en el procesamiento de la escena, ni los jóvenes ni dentro de la camioneta Chevrolet Silverado color blanco, fueron encontradas armas de fuego.

Las primeras declaraciones de los elementos de Sedena, al realizar recorridos por la citada colonia de Nuevo Laredo, escucharon lo que pudieran ser detonaciones de arma de fuego, por lo que acudieron al lugar, de donde creían haber escuchado los disparos.

Al llegar, manifiestan que observaron una camioneta doble cabina color blanco, por lo que al hacerle señas para que se detuvieran, siguieron su marcha, por lo que accionaron sus armas.

En la camioneta viajaban Gustavo Pérez Beriles, Wilberto Mata Estrada, Jonathan Aguilar Sánchez, Gustavo Ángel Suárez Castillo, ciudadano estadounidense, Alejandro Trujillo Rocha y Luis Gerardo, los primeros cinco fallecieron y el último joven se encuentra grave en un hospital privado.

El presidente del Comité de Derechos Humanos, Raymundo Ramos Vázquez, informó que las seis familias ya están interponiendo las denuncia en contra de los militares por homicidio e intento de homicidio, en el caso del sobreviviente.

Explicó que la familia de Gustavo Ángel Suárez Castillo, de 21 años de edad de nacionalidad estadounidense, ya notificó al Consulado de ese país sobre lo ocurrido, por lo que ya serán las autoridades norteamericanas quienes soliciten información a la Fiscalía General de la República sobre lo ocurrido.

Además solicitarán la devolución de los cuerpos a la Fiscalía, para que puedan ser entregados a sus familiares y de así considerarlo pertienente, llevar a cabo una segunda necropsia a los cuerpos para integrarla a las denuncias formales.

Sobre lo ocurrido la madrugada del domingo, explicó que los jóvenes habrían salido de un antro, a donde acudieron a divertirse, siendo Gustavo Ángel quien conducía la camioneta, quien se encargaría de llevarlos a sus domicilios en cuatro colonias cercanas.

Al llegar a la calle Méndez y Huasteca de la colonia Cavazos Lerma, los militares les dispararon en al menos 20 ocasiones. Al interior de la camioneta quedaron los cuerpos de tres de los jóvenes, dos más en la calle.

Uno de ellos terminó en la banqueta de la calle Méndez esquina con calle Huasteca, presentando un impacto en la pantorrilla derecha y otro más en la parte baja de la espalda.

Otro más en la banqueta de la calle Huasteca con Méndez, con lesiones expuestas en el brazo izquierdo, estómago, y una más en la espalda, de acuerdo con los reportes. Vecinos del lugar manifestaron que los dos jóvenes aún estaban vivos y los militares les dispararon.

Los tres jóvenes que quedaron al interior de la camioneta presentan diversas lesiones provocadas por arma de fuego, rostro, clavícula, brazos y cabeza, entre otras que les provocaron la muerte, mientras que Luis Gerardo, el único sobreviviente y se reporta grave en un hospital de esa ciudad, al recibir al menos dos impactos de bala.

La autoridad que acudió al lugar a procesar la escena, dio cuenta de las lesiones de los jóvenes y se procedió al traslado al Servicio Médico Forense para la autopsia de rigor, sin que se reporte que traían armas de fuego.

Alrededor de las 10:00 horas, personal de la Fiscalía General de la República acudió a procesar el lugar, entregando a Luis Gerardo a su familia para que lo llevaran a recibir atención médica.

Efectivos de Sedena llegaron con una grúa para llevarse la camioneta donde viajaban los jóvenes, lo que provocó que vecinos los agredieran con piedras y palos, para reclamar su actuar.

A los militares se acercó el padre de Gustavo Ángel, quien conducía la camioneta, señalando que su hijo no traía armas ni drogas y que solo había llegado como cada domingo para visitar a su familia.

Los vecinos seguían reclamando a los militares, a uno de los cuales lo tiraron al piso y lo patearon en diferentes ocasiones, cuando uno de los efectivos sacó su arma y disparó en varias ocasiones al piso para tratar de disuadir a la multitud, iniciando la marcha de la grúa y demás unidades militares.

Pocos metros adelante, un militar cayó al suelo y por poco una de las unidades militares le pasa por encima, siendo ayudado por sus compañeros para salir del lugar, luego de ser lesionado en una pierna por la unidad.

Raymundo Ramos Vázquez, presidente del Comité de Derechos Humanos, informó que la camioneta recibió al menos veinte impactos de bala, algunos de ellos los que provocaron la muerte de los cinco jóvenes.

Señaló que un grupo de militares se dirigió a él para “ordenarle” que grabara la agresión a uno de sus compañeros e inmediatamente después, señala, le propinaron un par de manotazos, le tiraron su teléfono celular y finalmente intentaron arrollario con una camioneta de la Secretaría de la Defensa Nacional.

“También un periodista resultó lastimado con un aparato de descargas eléctricas utilizado por un soldado del Ejército y a uno de los familiares de las víctimas le dañaron su teléfono celular”, señaló.

Hizo un llamado urgente al Presidente de la República, a la Fiscalía General de la República y a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos “para que se ordene una investigación exhaustiva de esta nueva masacra que cometen elementos del Ejército Mexicano, agravada por dispersar a balazos a un grupo de ciudadanos enardecidos por tanto abuso e injusticia”, expresó.

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