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Mujeres en penales, doblemente violentadas

Perla Reséndez

VICTORIA, Tam.- De los 4 mil 027 presos que se encuentran en alguno de los seis penales de Tamaulipas, 236 son mujeres, algunas de ellas con hijos, que no cuentan con espacios dignos y servicios específicos para su atención.

Inodoros descompuestos, falta de regaderas, insalubridad, suministro de agua por tandeos, alimentación inadecuada para los niños que viven allí con sus madres, pero también falta de artículos de aseo, como toallas femeninas, papel higiénico, pasta dental, cepillo de dientes y desodorante, que ellas adquieren con sus propios recursos.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), emitió la recomendación 60/2019 sobre las deficiencias que vulneran los derechos humanos de las mujeres privadas de su libertad en los centros penitenciarios de Tamaulipas.

La recomendación derivo tras el análisis del expediente de queja CNDH/3/2019/3933/Q, que da cuenta de una serie de irregularidades y deficiencias que presentan las cárceles del estado.

Especialmente porque en los últimos años, las calificaciones otorgadas a los centros penitenciarios de la entidad, son reprobatorias y la entidad no cuenta con un penal específico para mujeres, lo que representa una situación de vulnerabilidad para ellas al no estar separadas de los hombres.

“Muestras además la ausencia de elementos básicos de habitabilidad, salud, trabajo, capacitación, educación y deporte, en términos del artículo 18 de la Constitución mexicana.

La información de la Subsecretaría de Ejecución de Sanciones y Reinserción Social, dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública, señala que la población penitenciaria es de 4 mil 027 personas, de las cuales, 236 son mujeres, 212 relacionadas con delitos del fuero común y 24 del fuero federal.

En el Centro de Ejecución de Sanciones (Cedes) de Altamira, actualmente hay mil 626 internos; 53 son mujeres internadas por delitos del fuero común.

En visita de personal de la Comisión Nacional de Derechos Humanos el 3 de junio del 2019, apenas eran 29 mujeres internadas, una de ellas con un menor de 3 años de edad.

El área destinada para mujeres tiene una capacidad de 26 internas en un módulo con 26 estancias unitarias, cada una con servicio sanitario con inodoro, lavabo y regadera, pero existen deficiencias en el mantenimiento por falta de pintura.

La visibilidad al interior de las estancias se encuentra obstruida con maderas, cobijas y cortinas que ponen ellas, en consecuencia, la luz natural y la ventilación no se filtra en las estancias; asimismo, la instalación eléctrica es inadecuada (hechiza); el suministro de agua es irregular (por tandeo), guardándolo generalmente en botes, la mayoría de las regaderas no funcionan.

En este lugar, hombres y mujeres conviven en zona de comedores y visita íntima, a pesar de contar con dos estancias en el área femenil, pero son insuficientes.

No cuentan con servicio médico, cocina, talleres, lugares destinados para la atención de los niños que conviven con sus madres, tampoco para visita por locutorios y familiar, por lo que esta última se comparte con el área varonil.

Como no tienen actividades laborales remuneradas, las internas usan un salón de usos múltiples para cocinar, con mesas y estufas propiedad de ellas mismas, para vender sus productos.

Cuentan con un área de juegos infantiles y un área verde, que es la que utilizan para la visita familiar; al carecer en el área femenil de instalaciones y personal médico, al requerirlo deben trasladarse al área varonil donde hay 6 médicos generales.

No cuentan con ginecólogo, por lo que en urgencias son trasladadas al hospital regional de Altamira y la Secretaría de Salud les realiza exámenes de Papanicolau y mastografías, semestralmente.

Los artículos de aseo, entre ellos, toallas femeninas, papel higiénico, pasta dental, cepillo de dientes y desodorante, los adquieren con sus propios recursos. Mientras que la alimentación que se prepara en el área varonil, es para toda la población penitenciaria, no contando con utensilios para su consumo y tampoco hay una alimentación adecuada para el menor que en el momento de la visita se encontraba con su mamá.

En el penal de Victoria actualmente hay 92 mujeres, 11 de ellas por delitos del orden federal y las restantes 81 por delitos del fuero común. En el momento de la visita del personal de Derechos Humanos el 3 de junio del 2019, se reportó que había 84 mujeres presas y 12 menores de 3 años.

El área destinada para mujeres tiene una capacidad de 65 internas; hay 22 estancias con dos camas y un galerón en el que se acondicionaron algunas separaciones con tabla roca para que exista privacidad. El 20 por ciento de los sanitarios en las estancias no tienen regadera y el inodoro no funciona.

Existe falta de mantenimiento en el área de visita íntima, ya que en el 50 por ciento de las estancias faltan también las regaderas.

Cuentan con comedor, patio, área deportiva, visita familiar e íntima, aunque éstas últimas son insuficientes; no hay servicio médico, cocina, talleres, aulas, biblioteca, ni espacios destinados para la atención de niños y niñas que conviven con sus madres en el centro.

Como no hay actividades remuneradas, algunas internas realiza artesanías (bolsas, pulseras), otras lavan ropa o venden alimentos en áreas de varones. El área educativa está en el área de varones y en las instalaciones deportivas, practican esporádicamente, zumba.

El servicio médico es compartido con el de los internos, mientras que se apoyan con hospitales de la zona para la atención de ginecología; tampoco hay pediatra. Los artículos de aseo, entre ellos, papel higiénico, pasta dental, cepillo de dientes y desodorante, los adquieren con sus propios recursos.

Las mujeres internas reciben toallas femeninas de forma parcial ya que las proveen por donaciones de asociaciones civiles dado que el centro no las contempla como un insumo a proporcionar.

Existe separación parcial entre hombres y mujeres ya que comparten el área médica, los talleres y el aula, además de transitar ambos libremente por dormitorios, visita familiar e íntima, patio y espacios deportivos.

En el Cedes de Matamoros, hay 31 mujeres, cinco de ellas por delitos federales, las otras 26 relacionadas con algún delito del fuero común. La visita de la Comisión Nacional de Derechos Humanos se llevó a cabo el 19 de junio del 2019, en ese momento había 38 mujeres y siete menores de 3 años, conviviendo con sus mamás.

El área femenil del penal, tiene una capacidad para 112 internas, con 30 estancias, de las cuales 28 tienen 4 camas cada una, las restantes son usadas como ingreso o para medidas de seguridad, cada estancia cuenta con servicio sanitario, con inodoro, lavabo, con deficiente mantenimiento y en el 50 por ciento no hay regaderas.

Cuentan con patio, comedor, visita íntima y área deportiva; no hay servicio médico, cocina, talleres, aulas, biblioteca, visita por locutorios y familiar. Tampoco hay actividades laborales ni de capacitación remuneradas, por lo que algunas de ellas se autoemplean haciendo pulseras y bolsas.

El área educativa se encuentra en el área de hombres, al igual que el área médica, y la visita familiar se hace comúnmente en el comedor o en el pasillo se habilita una sección.

Los artículos de aseo, entre ellos, toallas femeninas, papel higiénico, pasta dental, cepillo de dientes y desodorante, los adquieren con sus propios recursos.

“El centro dispone de una instancia infantil con cuneros y áreas recreativas que a decir de las autoridades atiende a los hijos e hijas de las internas en convivencia con sus mamás (en el momento de la visita había 7 niñas y niños menores de 3 años), pero éstas mencionaron que no se usa y que sólo lo abren para enseñarlo, al momento de ingresar a ese lugar se observó acumulación de polvo con el mobiliario prácticamente nuevo”.

El penal de Nuevo Laredo, fue otro de los visitados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, aunque actualmente hay solo tres mujeres, dos por delitos del fuero federal y una por delito común, en el momento de la visita (23 de mayo del 2019) había 34 mujeres.

El área destinada a las mujeres que no contaba con división para la seguridad de ellas, tiene capacidad para 70 internas, con 18 estancias con cuatro camas cada una, con inodoro y lavabo; en el 70 por ciento de ellas carecen de regaderas y en el momento de la visita se observaron ratas y cucarachas.

Hombres y mujeres comparten el área escolar, servicio médico, visita familiar e íntima, patio y espacios deportivos, conviviendo libremente sin supervisión de ningún tipo de autoridad, aun en las áreas exclusivas para ellos, sobre todo a quienes tienen ahí a su pareja. No hay espacios destinados para la atención de niños que conviven con sus madres en el centro.

En el penal de Reynosa, donde actualmente hay 57 mujeres, de las cuales solo seis están internas por delitos del fuero federal, en el momento de la visita (5 de junio del 2019), había 60 mujeres y tres menores de edad con sus mamás.

El área de mujeres tiene una capacidad para 112 internas, con 30 estancias en deficientes condiciones, 28 de ellas tienen capacidad para 4 camas y las restantes son usadas para el ingreso o como estancia de seguridad.

Cada una cuenta con servicio sanitario con inodoro, lavabo y regadera, sin embargo, el 60 por ciento carece de ésta última y de agua corriente.

Otras deficiencias encontradas están en las aulas y la visita íntima, en donde los inodoros están descompuestos y no tienen regaderas y aunque existe área médica en el área de mujeres, es usada como bodega, por lo que tienen que asistir al médico en el área varonil. Tampoco hay ginecólogo ni pediatra.

Los artículos de aseo, entre ellos, toallas sanitarias, papel higiénico, pasta dental, cepillo de dientes y desodorante, los adquieren con sus propios recursos.

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