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Violencia alcanza a menores de edad

Perla Reséndez

VICTORIA, Tam.- Lo que serían unas vacaciones tranquilas y divertidas en la playa Miramar, terminaron siendo una terrible pesadilla para la familia Gómez Ramón, luego que durante la madrugada del 18 de julio del 2014, un hombre sustrajo a la pequeña Melany de siete años de edad, quien posteriormente fue encontrada sin vida.

La familia, originaria de Benito Juárez en Nuevo León, llegaron a Ciudad Madero y alquilaron una vivienda en el fraccionamiento Miramar 2, a un costado de las instalaciones de la Primera Zona Naval Militar y a unos metros de la playa Miramar.

“Una persona extraña se metió a la casa y se la llevó, yo abrí los ojos cuando él estaba cerrando la puerta, me paré, busqué a la niña en la casa y no estaba; me salí corriendo a la calle a buscar quién se había llevado a mi hija y no encontré a nadie”, manifestó en ese entonces, Liliana Ramón Rodríguez, mamá de Melany.
Tras emprender la búsqueda, la entonces, Procuraduría General de Justicia en Tamaulipas confirmó que localizaron el cuerpo de la menor en un área de pinos conocida como Pineda sur; por estos hechos, fue detenido dos meses después, Efraín Torres Fuato de 33 años, quien confesó el crimen.

Crímenes como este, han marcado a la sociedad tamaulipeca; a seis años de distancia, muchos aún recuerdan el caso con indignación por tratarse de una víctima tan pequeña.

De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública de Tamaulipas, los menores forman parte de las estadísticas de víctimas de delitos como homicidio doloso, secuestro, trata de personas, lesiones dolosas y por supuesto, secuestro.

Sin embargo, no todos los casos van de la mano de una denuncia formal; en el caso de secuestro, en muchas ocasiones, la familia evita pedir ayuda a las autoridades, por las amenazas de los delincuentes de hacer daño a los menores.

Recientemente, el pasado 8 de julio, los papás de Luciano Leal Garza, un menor de 14 años de edad, vivieron la experiencia más atroz para cualquier padre; un grupo de delincuentes armados a bordo de dos camionetas, interceptaron en las calles Laguna de Jara y Lago de Pátzcuaro, del fraccionamiento las Fuentes, a un costado del parque lineal de San Fernando, al menor y se lo llevaron con rumbo desconocido.
la familia pagó el rescate que pedían los delincuentes, sin embargo, no cumplieron su parte y desde entonces, han buscado a Luciano por este y otros municipios como Matamoros, Reynosa y Valle Hermoso, sin resultados, por el momento.

A través de redes sociales, se ha difundido su imagen y su mamá ha grabado un vídeo para suplicar a quien pueda dar noticias que lleven a dar con el menor, que les informe; la familia está desesperada.

En el municipio de San Fernando, tristemente célebre por la masacre de cientos de centroamericanos a manos de los Zetas en 2010, hay dos cuarteles de las fuerzas militares, uno de Sedena y de Marina, además de tener presencia de la Policía Estatal.

La Fiscalía General de Justicia del Estado, mantiene un operativo de búsqueda para la localización del menor y captura de los responsables de este hecho, sin embargo, debido a que se trata de una investigación abierta, no se pueden dar resultados.

A 176 kilómetros de San Fernando, en Victoria, el 19 de noviembre del año pasado, la tragedia enlutó a la familia del pequeño Mariano del Ángel, de seis años de edad, quien fue sacado de la escuela primaria “Emma Vázquez”, ubicada en la colonia El Mirador.

Su madre, Claudia Matta, publicó un mensaje en redes sociales, dando aviso del robo de su menor hijo, al dar aviso a las autoridades, se iniciaron las investigaciones y un amplio operativo para dar con el pequeño Mariano.

Los plagiarios exigieron un rescate millonario a cambio del menor. Una semana después, lamentablemente el niño fue localizado sin vida en la colonia Peregrina de esta ciudad.

Fueron detenidos dos personas, una de ellas, identificada como el chofer del papá del menor, quien días antes de los hechos, había sido despedido y al estar inconforme con su liquidación, planeó y ejecutó el secuestro en venganza.

PRIMERAS HORAS VITALES PARA LOCALIZAR A LOS MENORES

De acuerdo con las autoridades, las primeras horas de una desaparición o secuestro, son vitales para encontrar a los menores, por eso es importante la denuncia, sin embargo, la presión que realizan los delincuentes sobre las familias, impide que en muchos casos se conozcan las hechos y por tanto, se pueda actuar.

También en el mes de noviembre del año pasado, en el municipio fronterizo de Reynosa, una denuncia oportuna, permitió el rescate de una mujer y su menor, momentos después de haber sido secuestrados.

Una llamada anónima, alertó a las autoridades sobre la presencia de gente armada ingresando a un domicilio, con unas personas cubiertas de la cabeza; sin perder tiempo, al lugar indicado se dirigieron integrantes de la Guardia Nacional.

Justo al momento de llegar al lugar, una mujer salía corriendo de la casa, pidiendo ayuda, con un menor en brazos y detrás de ella, un hombre con un arma larga.

El sujeto al ver el número de elementos de seguridad, no opuso resistencia y fue detenido; la mujer y su hijo, liberados.

En el municipio de Tampico, en febrero del 2018, en una casa de la colonia Nuevo progreso, al norte de la ciudad, tres sujetos, de 64, 22 y 18 años, mantenían secuestrada a una menor de edad, por la que pedían un rescate de 800 mil pesos para su liberación.

En esa ocasión, los padres pidieron el apoyo de la Coordinación Estatal Antisecuestros (CEA), por lo que se implementó un operativo de búsqueda, localizando en un domicilio, a dos cuadras de la carretera Tampico-Mante a la menor, quien fue rescatada. Los tres implicados en el delito, fueron detenidos y condenados a 90 años de prisión por estos hechos.

TAMAULIPAS, PRIMER LUGAR EN DESAPARICIÓN DE MENORES

La vulnerabilidad de los menores a hechos delictivos, ha creado debates sobre la necesidad de endurecer las penas para los que atenten contra su dignidad y vida y la conciencia de padres de familia y la misma sociedad, para realizar redes que permitan a los niños estar seguros en la casa como en las calles.

El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas, da cuenta que desde los años 60´s hasta el año pasado, el registro oficial de personas desaparecidas en la entidad es de 10 mil 032 personas de todas las edades, de las cuales, sólo fueron localizadas 3 mil 101.

En ese tiempo en Tamaulipas, se contabilizaron mil 611 niños y adolescentes desaparecidos en la entidad, 124 de ellos en el último año del que se reporta, ocupando el primer lugar en desapariciones de menores en el país.

LAS REDES SOCIALES: ARMA DE DOS FILOS

El uso de las redes sociales, ha sido una pieza fundamental para poner al descubierto hechos delictivos, en muchas de las ocasiones bajo el anonimato, con lo que se evita alguna represalia. Las mismas autoridades, utilizan esta herramienta para difundir casos y solicitar el apoyo ciudadano para dar con el paradero de personas y delincuentes.

Alerta Amber, mecanismo de ayuda para la localización de niños, niñas y adolescentes, que se encuentren en riesgo de sufrir daño a su integridad física y moral, ha permitido la pronta difusión y actuación de las autoridades con resultados positivos.

El 12 de junio de este mismo año, se activó la Alerta Amber, para la localización del pequeño Oziel Iván García Salinas, quien fue sustraído por su propio padre, luego de discutir con su esposa y matar a golpes a su suegra.

Los hechos sucedieron en un domicilio de la colonia Adolfo López Mateos de Victoria, cuando el padre del pequeño Iván de 3 años de edad, llegó al domicilio y discutió con la mamá del menor.

Después, encolerizado, descargó su furia contra su suegra a quien golpeó hasta matarla y huyo con su menor hijo en brazos con rumbo desconocido. El pasado 6 de agosto, en la cuenta oficial de Alerta Amber México, @AAAMBER_Mx se informó que al transcurrir el tiempo de vigencia de la alerta por el pequeño Oziel, ésta ya no se dará a conocer, aunque se mantienen acciones de búsqueda e investigación.

El 26 de octubre del año pasado, se emitió una alerta en la cuenta oficial, esta vez por un bebé Iker Alonso de apenas tres meses de edad y su mamá, Ana Lucía Aranda Pérez, quienes vivían en Montemorelos y no se tenían noticias de dónde pudieran encontrarse.

El 30 de octubre, un campesino, alertó a las autoridades sobre un cuerpo calcinado en un rancho en Villagrán, en Tamaulipas, municipio cercano a Linares, Nuevo León; las autoridades, encontraron un día después, muy cerca del cuerpo calcinado de una mujer, el de un menor de edad, ambos fueron identificados plenamente.

Al seguir las pistas, fue detenido por este crimen, Álvaro “N”, padre biológico del pequeño Iker, quien perpetró el crimen al no querer reconocer su parentesco con el menor, fue detenido y se encuentra detenido en un penal de Tamaulipas.

El 17 de septiembre del año pasado, la Alerta Amber se activó, ahora se trataba de Claudia Ivón Ruiz Torres, una niña de 13 años, que salió de su casa en el municipio de El Mante rumbo a la escuela, sin que se tuviera noticias de ella.

A dos meses de su desaparición, fue su madre, Claudia Ivón, quien encontró los restos de su pequeña y exigió a las autoridades justicia para su hija, “Se encontraron los restos ocios de mi niña… Era una niña de tan solo 13 años que no le hacía daño a nadie… pero ya está con Dios como el angelito que es”, informó a través de su perfil de Facebook.

En agosto de ese mismo 2019, se volvió a activar la Alerta por dos adolescentes, Gil Manuel y José Ignacio Galindo Rojas de 14 y 13 años de edad, salieron de su domicilio en Reynosa al centro de la ciudad a realizar un pago.

Su madre, Eduviges Rojas Duarte, dice que después de que realizaron el pago en un centro comercial, ya no tuvo noticias de sus hijos, tampoco ha recibido alguna solicitud de rescate.

El 19 de febrero del año pasado, una menor de 10 años, de nacionalidad estadunidense, fue reportada como desaparecida en el municipio de Reynosa; se trató de Dulce María Hernández, por quien se activó la Alerta Amber, siendo desactivada dos días después, tras su localización.

El municipio de Reynosa, es uno de los que más desapariciones de menores y adolescentes reporta; siendo esta, una práctica muy constante por grupos delincuenciales para la trata.

SECUESTROS VIRTUALES TAMBIÉN ALCANZAN A MENORES

Las autoridades han alertado a padres de familia, estar más pendientes del uso de los dispositivos electrónicos y las redes sociales, especialmente de los menores de edad, al ser también un medio para que se cometan delitos.

El 16 de junio del 2016, en la ciudad de Matamoros, dos menores de edad recibieron una llamada telefónica de una persona que los amenazó y obligó a trasladarse a un lugar sin dar aviso a su familia.

los menores salieron de su domicilio sin despertar sospecha de su mamá y se dirigieron al lugar que les indicó el sujeto al otro lado de la línea, bajo la amenaza de que si desobedecían, sus padres serían asesinados.

El padre de los menores, recibió varias llamadas a su celular, para exigirle una cantidad de dinero para dejar a sus hijos en libertad; al comprobar que los menores no estaban en casa y no localizarlos, el angustiado padre denunció el hecho a las autoridades.

Al implementar un operativo de búsqueda, ambos menores fueron localizados en e área de trabajo social del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde les habían indicado que debían permanecer. Ambos se encontraron a salvo, pero no se pudo detener a ninguna persona por este secuestro virtual.

Se ha identificado que la mayoría de los secuestros virtuales se cometen por personas privadas de su libertad, quienes, desde una celda en una cárcel, en cualquier parte del país, tienen acceso a celulares con chips de diferentes ladas.

Recientemente, se identificó que del penal de Altamira, al sur del estado, salieron las llamadas que realizaron a un grupo de enfermeros de Monterrey que se encontraba en la Ciudad de México para dar apoyo por la emergencia provocada por el COVID-19.

Los delincuentes, mantenían bajo amenazas al personal de salud en un hotel en la Ciudad de México, mientras extorsionaban a sus familias, algunos de los cuales, depositaron dinero a varias cuentas para evitar les hicieran daño.

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