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Pandemia deja más pobres a los ya pobres

Perla Reséndez

VICTORIA, Tam.- Cuando en diciembre del 2019 Alfredo y Patricia contrajeron matrimonio, el futuro parecía prometedor; aunque no eran ricos, tenían lo necesario para formar un nuevo hogar donde darían la bienvenida a su bebé que ya venía en camino.

El trabajando en una empresa maquiladora, ella se desempeñaba como cajera en una tienda comercial, mientras nacía su bebé y llegaba una mejor oportunidad, -comentaba ella.

Al llegar el 2020, Paty se tomó un tiempo para hacerse cargo de su bebé en casa, su esposo en poco tiempo había escalado posiciones en la empresa de capital norteamericano y ya tenía un sueldo que le permitía vivir con tranquilidad.

Sin embargo, la llegada de la pandemia y los anuncios para el cierre de actividades no esenciales, llegó, y con ello, Alfredo se tuvo que ir a casa con apenas el 60 por ciento de su sueldo, lo que complicó la economía familiar.

Al poco tiempo, a él le notificaron que habría recorte de personal, por lo que, con un bebé de meses y el pago de renta, servicios y alimentos, tomaron la decisión de irse a vivir con los papás de ella para ahorrar un poco y él comenzó a emplearse de lo que encontró, (pequeños trabajos de electricidad con los vecinos, de chofer y de velador).

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el número de tamaulipecos en situación de pobreza pasó de 1.20 a 1.23 millones, un aumento de 2.4 por ciento en tan solo dos años.

En poco tiempo, esta familia se unió a los más de un millón de personas que 2020 en Tamaulipas se encuentran en situación de pobreza, de acuerdo con el Coneval.

La llegada del COVID-19 al país, no solo ha cobrado la vida de miles de personas, sino que ha hundido en la pobreza a miles de tamaulipecos, que han visto disminuido sus ingresos por el costo que tiene atender la enfermedad y la pérdida de empleos que esto ha provocado.

De acuerdo con los datos, en 2018, se estimaba que el 34.5 por ciento de la población del estado, mantenía niveles de pobreza, mientras que en 2020, ya eran 34.9 por ciento, esto es un millón 233 mil 900 personas. Tamaulipas tiene una población de 3 millones 527 mil 735 habitantes.

Este incremento en el número de pobres en la entidad el año previo, coincide con las medidas adoptadas por el gobierno para mitigar los contagios, como lo fue el cierre de centros de trabajo de actividades no esenciales, lo que llevó a la pérdida de 26 mil 706 empleos en los primeros tres meses de pandemia (marzo-junio).

La primera oleada de contagios, tomo a todos (sociedad y gobierno) desprevenidos, sin conocimiento de lo que la enfermedad podría provocar, ni un tratamiento establecido, las pérdidas de vida fueron los primeros golpes, los mas graves para las familias.

Aunque algunas empresas mantuvieron a sus empleados con porcentajes menores de sueldo en los primeros meses, al prolongarse la pandemia, muchos optaron por los despidos.

Sin empleo, deudas y en muchas ocasiones con uno o varios enfermos en las familias, lo que implicó el gasto en medicamentos,       el precario ingreso económico perdió su poder adquisitivo.

La pobreza moderada incluso presentó una leve disminución en esos dos años de medición del Conaval (2018-202) con el -0.2 por ciento, luego que en este nivel se encontraban en 2018, el 31.6 por ciento de la población en Tamaulipas, mientras que el año pasado, ya era el 31.1 por ciento. El número de tamaulipecos en esta situación fue de un millón 098 mil 400.

Sin embargo, la evolución más drástica y dramática en la entidad fue en la pobreza extrema, donde se mantenía el 3.0 por ciento de los ciudadanos en 2018, mientras que en 2020, el porcentaje ya era del 3.8 por ciento, lo que representa un aumento del 29.8 por ciento. El número de personas en esta situación, alcanzó las 135 mil 500.

El Coneval estimó que las transferencias monetarias que el Ejecutivo hace dentro de su política social, son medidas temporales que, aunque necesarias, no han mitigado los estragos causados por la pandemia en las poblaciones más vulnerables.

Los datos del gobierno de Tamaulipas señalan que durante el 2020 se proporcionaron 2 millones 582 mil 146 raciones de comidas calientes a más de 6 mil personas vulnerables por carencia alimentaria a través de los comedores comunitarios.

Se otorgaron también 300 mil 736 despensas a 75 mil 300 personas, y un millón 396 mil 495 raciones de alimentos a 5 mil 910 personas, como parte del programa de desayunos escolares.

Sin embargo, y de acuerdo con las estimaciones del Coneval, no ha sido suficiente para hacer frente a la situación económica adversa por la que atraviesan las familias en la entidad.

En términos de carencias sociales, el mayor cambio entre 2018 y 2020 es un aumento de 12.0 puntos porcentuales en la carencia por acceso a los servicios de salud, que pasó de 16.2 a 28.2 por ciento a nivel nacional.

Otras carencias que aumentaron en menor medida son el rezago educativo con un incremento de 0.25 puntos porcentuales y la carencia por acceso a alimentación nutritiva y de calidad (0.31 puntos porcentuales)

La emergencia sanitaria por la COVID-19 ha profundizado los desafíos que enfrenta la política de desarrollo social en todos los ámbitos, principalmente, en el ingreso, salud, educación y alimentación de la población mexicana.

Hoy, Alfredo y su esposa Patricia, están pensando en la posibilidad de que él se vaya a los Estados Unidos a trabajar en el campo, sin seguridad social y un bebé de poco más de un año, no ha podido encontrar un trabajo que les reditúe lo suficiente para volver a independizarse.

Volvió a la empresa donde laboraba, pero ahora le ofrecen un puesto inferior con un menor sueldo, por lo que, irse a trabajar a los campos del vecino país en la “pizca” o de ayudante en el área de la construcción, les parece la mejor solución de retomar su vida como una familia.

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